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domingo, 20 de febrero de 2011

FUNDACIÓN DE ISLA DE TOAS

La muerte del cacique Nigale en 1607, por Juan Pacheco Maldonado, los indios Toas y Zapara quedan sin ningún conductor del coraje y valentía de Nigale, causando un desequilibrio en las tribus obligándolas a entregarse a la pacificación deseada para la corona española y por los violentos embates cometidos por los indios en la entrada de la laguna impidiendo la navegación por esas aguas, temiéndose por los constantes saqueos de los piratas, que hacían estragos en la regiones visitadas, significando un fracaso en el desarrollo urbano y económico en la ciudad de Maracaibo. 
Esto vino a ser el comienzo de una larga espera de la corona para dar las órdenes de proceder a fundar esos pueblos; y es después de setenta y nueve años del informe de Rodrigo de Argüelles y Gaspar de Párraga y de treinta y seis años de la muerte del cacique lacustre, cuando Don Martín de Saavedra y Guzmán concibió la necesidad de fortificar la barra, y el 10 de abril de 1643 remitió al rey "tres plantas de fortificaciones". El rey por Real Cédula del 17 de junio de 1643, encargó el proyecto de fortificación a gobernadores y capitanes generales de Mérida y Venezuela quienes ordenan al Capitán Diego Espina apoderarse de Toú. 
Al llegar el Capitán Diego Espina a Toú procedió inmediatamente a construir en el sitio de Carrizal una ranchería de palafitos. Los indios de las encomiendas de la región insular fueron agrupándose junto a la ranchería donde establecieron sus rústicas viviendas de enea, palma y madera de mangle. 
La ranchería de palafitos edificada por Diego Espina puede y debe considerarse como el acto de fundación de la isla. 
La fundación de la Isla de Toas va a constituir un suceso trascendental e imprescindible para la Corona española, porque va a configurar para la historia como la primera fuente mineral explotada en territorio zuliano y le va a dar vida y seguridad a las poblaciones 
Con la explotación de las minas de caliza no se produjo ningún desarrollo industrial ni de construcción urbana en las islas, tan solo se explotaban los cerros y la madera de mangle para llevárselos, bien sea en forma natural o en forma de cal a otros lugares para ser utilizados en la fabricación de fortalezas, templos, hospicios, calles, y casas más resistentes a los pobladores de las villas lacustre, Coro, Mérida, Trujillo y otras ciudades y pueblos. Esto queda demostrada en las obras coloniales localizadas en Maracaibo y pueblos y por documentos dejados por mandatarios de la época; pero si hacemos un recorrido por la isla de Toas, sólo vemos ruinas de caleras, ruinas que sirven de ejemplo a mbiente de esta devastada isla. No se observa en toda la geografía de esta isla ninguna obra colonial de importancia histórica.la destrucción del medio a
Desde ese largo y angustiado período de calvario han pasado trescientos cincuenta y siete años explotando los cerros de la Isla de Toas y todavía luce esbelta y tranquila durmiendo como un dromedario con muchas gibas en las aguas del Lago, pero con sed y hambre como están sus habitantes. Pero sí, se ve dispersa en otras ciudades y pueblos representada en hermosos y altos edificios, anchas y buenas calles y plazas, paseos, parques, quintas lujosas y centenares de  hombres y mujeres ricachones, gozando de grandes opulencias y comodidades producto de las gibas de este indefenso herbívoro. Así son las cosas del pasado y las de hoy.

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